lunes, 11 de febrero de 2013

FUMANDO PROTOCOLARIAMENTE

¡Feliz día protocolario!

Dando por acabado todo lo que incluye el saber estar, creo que otra parte importante en nuestra vida social y personal es el civismo. No sólo el civismo propio de nuestros actos sino también el que afecta  a las personas que nos rodean y al resto de ciudadanos. 

Un tema primordial y cotidiano es el tabaco. Es verdad que es una realidad social y que tenemos que convivir con ella, teniendo sus defensores y sus detractores. Pero lo cierto es que es un elemento más a tener en cuenta en nuestras vidas sociales y, como tal, tenemos que hacer un buen uso de él (si es posible y más allá de las enfermedades que genera). Una de las normas que debéis imponeros si fumáis es la de respetar las indicaciones de "prohibido fumar" que existen en la mayor parte de los establecimientos y oficinas. 

Además, la pregunta de "¿te importa si fumo?" es un arma de doble filo. Por una parte, no existe indicación de lo contrario por lo que, en principio, se permite fumar; pero, por otro lado, si estoy preguntando, ¿realmente alguien me va a decir que no? Es decir, con esa pregunta inicial, estamos poniendo en un compromiso a los demás en la decisión de su respuesta. 

Otra situación normal es la de visitar una casa ajena a la nuestra. En este caso, no fuméis sin el consentimiento de los anfitriones. Debéis ser capaces de aguantar las ganas salvo que el anfitrión o la anfitriona os indiquen lo contrario

Tanto con el tabaco como con cualquier otro aspecto de la vida, preguntar nunca está de más. El abuso de confianza acaba con ésta. Preguntando se llega a todas partes y sin quedar mal con nadie. 

Curiosidades

Las reglas de cortesía tradicionales establecían que los caballeros debían ofrecer fuego a las damas y éstas debían ofrecerlo entre ellas mismas. La gente joven debía ofrecérselo a las personas mayores, primero a las damas y luego a los caballeros. 

También se establecía que no era correcto encender un cigarrillo con la colilla de otro a punto de extinguirse y que el hombre debía contener en sus manos el mechero o la cerilla que diese fuego al cigarro.

Además, se dice que el traje de esmoquin o smoking surgió en el siglo XIX, siendo los caballeros británicos los que lo utilizaban en las cenas. La chaqueta era de un material repelente a las manchas de las cenizas que, simplemente, con apartarlas con la mano desaparecían. 

Pero, ¿qué queda de todo esto? ¿Son lógicas, hoy en día, estas reglas de cortesía? La modernidad no implica desterrar lo antiguo por absurdo, sino adaptarlo a las nuevas situaciones y circunstancias que lo rodean. ¡Adaptémoslo!


Besos, 
B. 

1 comentario:

  1. Primero de todo te adoro por tu super blog,mencantas! para mi uno de los temas importantes de la mesa entre otros,un gravísimo error, el de mojar pan en el plato en comidas restaurantes,comidas familiares etc..,es algo tan como lo diria..."feo" estaria bien que hablarlas tambien de este pequeño error que muchas personas cometen.Creo que es un tema it del saber estar/comer en la mesa. Me gustaria saber que opinas!
    Besos

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